El proceso de divorcio contencioso comienza cuando uno de los cónyuges presenta una demanda ante el juzgado de familia. Esta demanda debe ser gestionada por un abogado especializado en derecho de familia, quien redactará la solicitud detallando las razones del desacuerdo entre ambas partes. Como tu abogada, me encargaré de proteger tus derechos, redactar la demanda y llevar a cabo el juicio, mientras que un procurador se encarga de los aspectos procesales y los plazos legales.

Una vez que la demanda es admitida, la otra parte será notificada y tendrá un plazo para presentar su contestación, en la que podrá proponer su propia solución en cuanto a la división de bienes, custodia de los hijos y otros asuntos relevantes.

Tras la contestación, se lleva a cabo una audiencia inicial para establecer las medidas provisionales, como la custodia provisional de los hijos o el régimen de visitas. Estas medidas se aplican hasta que se dicte la sentencia definitiva. Este es un momento clave en el que se protegen los intereses de las partes, especialmente si hay hijos menores involucrados. Mi trabajo en esta fase es defender tus intereses y tratar de acercar las posturas entre las partes o, si es necesario, plantear la oposición a las propuestas del otro cónyuge.